TERAPIA AVERSIVA CONDUCTUAL
La terapia aversiva
consiste en modificar la conducta indeseable mediante el anticuado método del
castigo. Probablemente los estímulos aversivos más habituales en la actualidad
sean fármacos de efecto desagradables, como
puede ser el Antabuse, que provoca
náuseas y vómitos cuando se ingiere junto con el alcohol.
La terapia aversiva es
fundamentalmente una manera (en ocasiones tremendamente eficaz) de eliminar
respuestas inadecuadas durante un breve periodo de tiempo. Esta interrupción ofrece
la oportunidad para sustituir urgentemente esa conducta por otra nueva, o
conseguir cambios en el estilo de vida, promoviendo pautas alternativas mas
adaptadas que sean reforzantes en su mismas. De lo contrario, el paciente podría
limitarse a no dar esas respuestas inadaptadas en la situación de terapia,
donde pueden provocar resultados aversivos, pero continuar realizándolas en la
vida real, donde no hay riesgos de que tengan consecuencias negativas.
Además, hay muy poca
probabilidad de que una conducta inadecuada pero gratificante pueda abandonarse
permanentemente, a menos que se aprendan formas alternativas de gratificación. Una
terapeuta que piense que es posible quitar algo sin poner otra cosa en su
lugar, probablemente no obtendrá los resultados deseados.
Esto es un punto
importante a tener en cuenta para el tratamiento de las adiciones y parafilias,
que con frecuencia no se sigue adecuadamente en programas de tratamiento, que
por lo demás están muy bien diseñados.
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