viernes, 10 de octubre de 2014

El Trastorno de la Obesidad. (Factores Influyentes, Tratamientos e Importancia de la Prevencion)

OBESIDAD


Estamos asistiendo a una epidemia mundial de obesidad, y las tasas de prevalencia aumentan con enorme rapidez. Para hacerse una idea de la extensión del problema, basta con mirar alrededor y contabilizar el numero de personas que tienen sobrepeso.

La obesidad se define a partir de un estadístico denominado índice de masa corporal (IMC). El IMC se calcula en términos generales, que las personas que tienen un IMC inferior a 18,5 están por debajo del peso normal, entre 18,5 y 24,9 se considera un peso normal, entre 25 y 29,9, tienen sobrepeso, y por encima de 30 se considera que están obesas.

La obesidad tiende a manifestarse a lo largo del tiempo. DiPietro, Mossberg y Stunkard (1994) realizaron un seguimiento durante 40 años de 504 niños con sobrepeso. Tristemente, la mayoría de esos niños se convirtieron en adultos con sobrepeso. Esto es un problema debido a que la obesidad puede llegar a ser un trastorno peligroso con riesgo  para la vida. Puede dar lugar a diabetes, problemas óseos, presión sanguínea elevada, y otras enfermedades cardiovasculares que ponen a la persona en riesgo de sufrir un ataque cardiaco.

Desde una perspectiva del diagnóstico psicológico, la obesidad no es un trastorno alimenticio. Sin embargo, muchos clínicos consideran que el problema principal es el hábito de comer en exceso. Si bien algunos casos de obesidad están provocados por alteraciones metabólicas u hormonales, se trata de casos muy pocos frecuentes. En pocas palabras, la mayoría de las personas obesas ingresan mas calorías de las que gastan.

A continuación vamos a analizar las razones por las que las personas común en exceso hasta el uno de convertirse en obesos, a pesar de la imagen negativa que trasmiten, de que saben que la obesidad es perjudicial para la salud (Sarwer, 1998) y de la fuerte presión social para conseguir una figura esbelta. Sin bien los resultados todavía no son concluyentes, se trata de un problema donde los factores biológicos y de aprendizaje parecen desempeñar un papel fundamental (Drewnowski, 1996).


FACTORES DE LA OBESIDAD


Factores biológicos

Gozar de un cuerpo esbelto tiene un componente familiar (Bulik y Allison, 2002). En parte eso se bese a razones de tipos biológicos.  La mayoría de las personas van ganando peso a medida que cumplen años, si bien esta ganancia esta mas relacionada con una disminución de la actividad física, y con el hecho de que las personas mayores tienen a mantener sus hábitos alimenticios de siempre, aunque cada vez necesitan menos calorías.

La herencia genética contribuye de manera fundamental a la tendencia que algunas personas muestran hacia la obesidad, o alternativamente, a mantenerse delgados. Las tasas de obesidad están creciendo con mucha mas rapidez de lo que puede explicar los genes por si mismos (ya que estos necesitan generaciones para ir mutando, lo que supone un proceso tan lento que no puede explicar el rápido aumento de la obesidad). Esto quiere decir que los problemas con el sobrepeso dependen de mucha mayor medida de hábitos de vida poco saludables.

La obesidad adulta está relacionada con el numero y el tamaño de las células adiposas (células  grasas) del cuerpo (Heynsfield, 1995). Las personas obesas tienen muchas mas células adiposas que las personas obesas con un peso normal (Peeke y Chrousos, 1995). Cuando se pierde peso, se reduce el tamaño de esas celular, pero no su cantidad. Hay pruebas de que el número de células adiposas permanece constante desde la infancia (Crisp, 1970). Así pues, cabe la posibilidad de que alimentar a los niños en exceso pueda provocar un aumento de las células adiposas, y por lo tanto predisponerlos a problemas de sobre peso en la edad adulta.


Factores Psicosociales

En la obesidad hay otros factores, además del acervo biológico, que también desempeñan un papel fundamental. En muchos casos, los determinantes fundamentales de la obesidad dependen de algunas pautas familiares de conducta. En efecto, en algunas familias la obesidad proviene de una diera muy rica en grasas y calorías, junto a una obsesión por la comida, que puede alcanzar incluso ¡a los animales domésticos! En esas familias se suele pensar que un bebe regordete es un bebe saludable, por lo que presionan a los niños para que coman mas de lo que en realidad desean. En otras familias, comer en exceso supone un remedio para aliviar el estrés o el malestar emocional.

Hay diferentes modelos psicológicos que han intentado explicar la causa de la tendencia a comer en exceso. Según la perspectiva psicoanalítica, las personas obesas tienen una personalidad que ha quedado fijada en una etapa muy temprana del desarrollo psicosexual, la etapa oral. (Bychowski, 1950). Se supone que esas personas organizan su vida alrededor de la gratificación oral (en este caso, comer continuamente). Esta propuesta ha sido elaborada por Bruch (1973) y por Schneider (1995). Bruch ha diferenciado entre la obesidad evolutiva y la obesidad reactiva.

Propone que la obesidad evolutiva es una respuesta de los niños ante el rechazo que perciben por parte de sus padres, o también ante las otras alteraciones importantes de su relación con ellos. Supuestamente, los padres a su vez compensan su rechazo emocional, sobrealimentando y sobre protegiendo a los niños. Estos niños nunca llegan a aprender la diferencia entre las distintas señales internas de malestar, ya que sus padres responden a todas ellas de la misma forma: ofreciéndoles comida. Bruch considera que esta pauta de conducta termina por producir una percepción distorsionada de los estados internos, esto es, no ser capaz de saber cuándo se ha ingerido suficiente comida.

Bruch ha definido la obesidad relativa como aquella que aparece en los adultos como una reacción ante un trauma o ante el estrés. En este caso comer en exceso sirve para reducir la sensación de malestar o depresión. Hay pruebas que apoyan la hipótesis de que muchas personas obesas tienen también problemas psicológicos, como la depresión.


Factores Socioculturales


En diferentes culturas tiene diferentes concepciones de la belleza. Algunas valoran la delgadez, mientras que otras prefieren líneas mas redondeadas. En algunas culturas la obesidad se valora como signo de influencia social y de poder. Sin embargo, en nuestra sociedad la obesidad parece estar relacionada con la clase social, ya que es 6 veces as frecuente entre los adultos de clase social baja, y 9 veces mas frecuentes en los niños de esa misma clase social. (Ernst y Harlan, 1991).

Lissau y Sorenson (1994) han encontrado que los niños que han sido criados con descuido y negligencia tienen mayor riesgo de obesidad cuando son adultos, los que niños que han recibido una crianza normal. El hecho de que los padres tengan un nivel educativo bajo también parece ser un factor de riesgo importante (Johnson, Cohen, Kasen, 2002).


TRATAMIENTOS PARA  LA OBESIDAD


Perder peso es una de las principales preocupaciones en nuestra cultura. Escribir un libro de dietas, o establecer clínica para perder peso, se ha convertido en un espléndido negocio. Lamentablemente, las tasas de éxito de la mayoría de estos negocios son muy pequeñas (Brownell y Wadden, 1992). Para una persona obesa, perder peso y mantener esa pérdida supone un desafío impresionante (Yanovski y Yanovski, 2002).


Grupos de adelgazamiento


Ya están surgiendo algunas organizaciones como Hambrientos Anónimos o Vigilantes Del Peso (Weiner, 1998),  que organizan programas de adelgazamiento en grupo. Este tipo de programas se basa en la fuerte presión del grupo para reducir peso, a través del orgullo compartido como se consigue, y la desaprobación grupal al mantenimiento de mejores hábitos alimenticios.


Medicación


Las drogas que utilizan para perder peso pueden agruparse en 2 categorías fundamentales. Una de esas Aglutina, aquellas medicinas que disminuyen la cantidad de comida que se ingiere, mediante el procedimiento de suprimir el apetito, generalmente aumentando la cantidad de neurotransmisores como la serotonina, la norepinefrina o la dopamina.

La otra categoría incluye las medicinas que impiden la absorción de alguno de los nutrientes presentes en los alimentos. Sin embargo estos remedios no están exentos de problemas. En 1997 la Administración de los EE.UU para los alimentos y las Drogas (FDA) retiro del mercado 2 supresores del apetito, la fenfuflamina (Pondimin) y la desfenfluramina (Redux), debido a que provocaban enfermedades cardiacas.

En la actualidad  ya no se recomienda tomar anfetaminas para perder peso (ya no están aprobadas por muchas administraciones estatales), debido a la posibilidad de adicción. La sibutramina es otra  de las medicinas que ya no se utiliza para la reducción de peso debido a sus alteraciones en el sistema nervioso.


Cirugía Gástrica


Dado que la obesidad mórbida supone un importante riesgo de salud  a la hipertensión, enfermedades cardiacas, insuficiencia respiratoria y artritis, no es de extrañar que a menudo sea necesario recurrir a medidas drásticas para ayudar a estos pacientes que no pueden perder peso de otra manera.

Un  método radicar para tratar este tipo de obesidad es la cirugía gástrica (Benotti y Forsse, 1995). Consiste en colocar grapas en el intestino para disminuir el tamaño del estómago. Antes de la operación, el estómago  puede contener mas o menos un litro de comida o líquidos. Pero después de la intervención, tan solo cabe el contenido de un vaso de agua. Darse un atracón se vuelve casi imposible. La intervención dura un par de horas, aunque al realizarse con pacientes obesos, la recuperación resulta más delicada.

Pories y McDonal (1993) han informado que 2 años después de la intervención quirúrgica, el 89% de los pacientes ya no cumplen con los criterios de obesidad mórbida. En otro estudio, se encontró que los pacientes habían perdido una media del 60% de su exceso de peso, y se mantenían así todavía 8 o 9 años después de la intervención (Sugerman, 1992). Sin embargo, algunos pacientes todavía consiguen encontrar medios para seguir dándose atracones incluso con un estomago reducido. (Kalarchian, 1998) y por lo tanto, suelen recobrar su peso inicial después de varios años.


Tratamientos Psicológicos


Los tratamientos psicológicos mas eficaces para los pacientes muy obesos son los métodos de reorganización de la conducta. Algunos recurren al reforzamiento positivo, el autocontrol y las autorecompensas, y suelen conseguir perdidas moderadas al cabo de cierto tiempo (Agras, Telch, 1997). En general, las estrategias que se basan en el reforzamiento positivo son mas eficaces que los procedimientos del condicionamiento clásico, como por ejemplo el condicionamiento aversivo que utiliza estímulos eléctricos o pensamientos desagradables, para asociarlos con la conducta de comer.

Por otra parte, las investigaciones han encontrado pruebas de que los métodos cognitivo-conductuales resultan muy eficaces. Los resultados obtenidos demuestran que son una buena motivación es posible perder peso y mantener esos logros. En estos estudios, los pacientes comenzaban por pensar en buenas razones que justificaron el esfuerzo de perder peso, como por ejemplo los problemas orgánicos relacionados con la obesidad, o la preocupación por la apariencia física. Tras seguir un programa combinado de dieta y ejercicio a largo plazo, estas personas fueron capaces de perder el exceso de peso.


IMPORTANCIA DE LA PREVENCION DE LA OBESIDAD


El tratamiento de los pacientes muy obesos suele ser una tarea muy difícil y frustrante para todos los implicados. Incluso cuando se utiliza los mas eficaces procedimientos del tratamiento, abundan los fracasos, en parte por la necesidad constante de automotivación.

¿Qué nos queda por hacer?

Teniendo en cuenta las poderosas fuerzas ambientales con las que hay que enfrentarse, Brownell (2002) ha propuesto algunas recomendaciones. Por ejemplo:

1.     Facilitar oportunidades para hacer ejercicio físico.
2.     Regular la publicidad de las comidas dirigidas a niños.
3.     Prohibir la venta de comida rápida y refrescos en los colegios
4.     Fomentar y subvencionar la venta de comidas saludables.


Aunque algunas de estas medidas pueden parecer exageradas, cuanto mas nos concentremos en la prevención, mayores posibilidades tendremos para detener el problema de la escala descontrolada de la obesidad.


Referencia Bibliografica: Psicologia Clinica. James N. Butcher. cap. 9. Ed. 12

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